
El desván
Si en la casa hay un desván, conviene aprovechar al máximo el espacio que proporciona. Ante todo, comprobar la solidez del suelo
Frecuentemente, no se aprovecha el espacio que ofrece el desván por considerarlo un lugar incómodo: a veces no tiene fácil acceso, o está demasiado oscuro o demasiado sucio o quizás incluso da algo de… miedo. En realidad merece la pena superar estas pequeñas dificultades para poder utilizar como trastero una zona que, en la mayoría de los casos, es bastante amplia. El desván se convierte así en el lugar ideal en el que depositar todo aquello que se usa poco o en contadas ocasiones, pero que no deseamos tirarlo.

VAJILLA DE COBRE LUMINOSOS
Prepare una pastita mezclando un puñado de harina de maíz, una cucharadita de las de té) de sal fina y dos o tres de vinagre. Frote sus pie zas de cobre con un trapo em bebido en la pasta y lograra que reluzcan como soles.

A quienes tienen un jardincito y quieren verlo poblado de pastitos verdes y brillantes les damos este consejo: tomar las semillas del césped que se prefiera sembrar y remojarlas en agua durante 48 horas, esto acelera el proceso de la germinación; poner solamente la cantidad de agua que pueda ser absorbida por las semillas. Después mezclarlas con aserrín formando un pasten, parecido al que nuestros abuelos preparaban con harina de cereales para dar a las gallinas. Rastrillar bien la tierra y echarle en puñados la mezcla. Regar abundantemente durante varios días en las horas de sombra sobre el lugar.